Nuevas perspectivas en tumores cancerosos
Por Gaby Vitovich
Para alguien con un tumor canceroso, la remoción quirúrgica del mismo puede traer un alivio inmediato, pero lo deja con un futuro incierto. Algunas veces resurgen células cancerosas, y no hay una manera cierta de saber cuando esto sucede. Una nueva técnica podrá permitir monitorear la recurrencia del cáncer simplemente con un análisis de sangre.
Las células cancerosas generalmente tienen rearreglos cromosómicos a gran escala, que no ocurren en las células normales y que son fácilmente detectados con los métodos genéticos corrientes. Por ej, pacientes con Leucemia Mieloide Crónica (LMC), tienen partes de los cromosomas 9 y 22 en sus células cancerosas. Es posible por esto detectar en las células sanguíneas si el tratamiento es efectivo o no. Esto no sucede con los tumores sólidos, porque los rearreglos de ADN no son tan comunes como para generar test para detectarlos tempranamente.
Usando técnicas de secuenciación de ADN, investigadores en la Universidad Johns Hopkins en Baltimore, Maryland, encontraron una forma de usar estos rearreglos cromosómicos para detectar ADN en tumores sólidos. Extrajeron biopsias de mamas o de tumores de colon en 6 pacientes con cáncer y secuenciaron el genoma completo en cada célula tumoral. En cada caso se encontraron cambios cromosómicos que no se hallan en personas con ADN normal. Cada uno de los 6 tumores tenían al menos 4 rearreglos cromosómicos únicos ( Victor Velculescu, Science Translational Medicine, AAAs Science NOW, 24 febrero 2010).
Seguidamente, los investigadores mostraron que podían usar la técnica de amplificación de ADN, PCR, para detectar pequeños cambios en el ADN normal. El testeo de personas con un tumor canceroso colorrectal aún sin remover, daba positivo para sus biomarcadores específicos, mientras que para personas sanas, daba negativo. Posteriormente, se usó la técnica para el seguimiento de pacientes con cáncer de colon en respuesta a varios tratamientos. El monto de ADN específico para este cáncer en análisis de sangre, mostró un descenso en las horas siguientes a la cirugía, aumentó luego en las próximas semanas y luego descendió nuevamente después de la quimioterapia y cirugía para un segundo tumor en el hígado (metástasis). Los oncólogos podrían usar estos biomarcadores para encontrar si el tratamiento instaurado funciona o para corroborar que la cirugía removió todas las células cancerosas.
Muchos clínicos usan ya distintos tipos de análisis sanguíneos para monitorear la respuesta de sus pacientes al tratamiento, como por ejemplo, el conteo de células tumorales circulantes. Pero estas células difícilmente se encuentran e incluso en algunos pacientes no pueden ser detectadas en lo absoluto. Los biomarcadores moleculares y cromosómicos son mucho más sensibles y extraordinariamente específicos. La chance de tener un falso positivo es prácticamente cero.
Lamentablemente, aún no se usan en forma rutinaria debido a su elevado costo económico, que es de unos 5000 dlólares por paciente. También será necesario secuenciar muchos más tumores para asegurarse de que tienen secuencias específicas en sus rearreglos cromosómicos, y asegurarse de que éstas no desaparezcan a medida que el tumor muta.
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